Hay lugares que sólo existen en tu imaginación. Lugares que a veces aparecen, como espejismos evanescentes, en el resplandor de un sueño. No puedes estar seguro de si te recuerdan a un sitio en particular o si se trata de una amalgama de lugares que has visto o imaginado. Pero a veces ahí están, en frente de ti y, si tienes la suerte de llevar una cámara, disparas.
A veces te encuentras sin una cámara, y te has perdido la oportunidad. Sin embargo, la imagen se queda contigo y comienza a tomar vida propia en tu mente, amoldándose para conformar con tu propio sentido de lugar y tiempo. Entonces es cuando te conviertes en el cazador, buscando la memoria del sueño, esa visión que definirá ese sentido inefable de lugar.
Si bien algunas de las imágenes en esta sección son el resultado de un encuentro fortuito, otras son el producto de repetidas visitas. A veces, esa primera reunión no es suficiente, lo que requiere que regreses, para pasar tiempo allí, para llegar a conocer el lugar antes de que comience a revelar sus secretos.